El marketing digital no funciona sin estrategia, así de simple

Antes de lanzar cualquier acción de marketing, hazte esta pregunta: ¿Tienes una estrategia clara?
Porque el marketing digital no es magia. No consiste en publicar en redes sociales, pagar unos anuncios y cruzar los dedos. Es planificación. Es enfoque. Es una estrategia bien pensada desde el inicio.
Hoy, el marketing digital abarca tantas disciplinas que pensar que una sola persona puede hacerlo todo es tan ingenuo como querer pilotar un avión, servir café y atender a los pasajeros al mismo tiempo.
Para que un proyecto digital funcione, necesitas un equipo cohesionado que entienda el objetivo y sepa cómo contribuir desde su especialidad. Desarrollo web, experiencia de usuario, optimización de la conversión, analítica, SEO, paid media, diseño, redes sociales, marketing de contenidos... Cada una de estas piezas debe encajar con las demás para que la maquinaria funcione.
Pero no basta con sumar especialistas. Es clave que todos compartan una visión común: los KPIs. Esos indicadores que nos van a decir si vamos por buen camino. Sin ellos, es fácil perderse en el ruido. Y ojo: definirlos no es tarea menor. Hay que elegir indicadores realistas, relevantes y alineados con los objetivos del negocio. Lo que no se mide, no se mejora. Pero lo que se mide mal, también puede llevarte en la dirección equivocada.
También es importante entender que cada proyecto tiene su propio ritmo. No todos los sectores se comportan igual. No todas las audiencias responden igual. Y la competencia varía enormemente de un nicho a otro. Pretender que todos los proyectos escalen al mismo tiempo es como esperar que todas las semillas florezcan el mismo día. ¡Imposible!
Por eso, una estrategia digital bien diseñada debe contemplar los recursos necesarios para alcanzar ese punto crítico a partir del cual el crecimiento se acelera. Si inviertes por debajo de ese umbral, corres el riesgo de quedarte en tierra de nadie: ni creces ni aprendes lo suficiente para ajustar. Y eso es un desperdicio.
Tener estrategia es también saber decir no. No a acciones que no aportan valor. No a modas pasajeras que no encajan con tu marca. Y no a correr sin saber hacia dónde.
En resumen, antes de ejecutar, piensa. Diseña una estrategia donde todos los actores, desde el programador hasta la persona que gestiona las redes, sepan hacia dónde van y cómo se medirá el éxito. Porque en marketing digital, como en la vida, improvisar sale caro.
Una estrategia clara no garantiza el éxito, pero la falta de estrategia sí garantiza problemas. Y en un entorno tan competitivo, lo último que puedes permitirte es dejar tu crecimiento en manos del azar.
Planifica, conecta equipos, define KPIs y asegúrate de que todos remen en la misma dirección.
Ahí empieza el verdadero marketing digital.
Docente: Raúl Carrión Rincón. Profesor docente MBA FEDA